Qué a gusto estoy contigo, Señor, cuando te recibo en la Sagrada Comunión y estás en mi interior, dentro de mí y que eres mío.
Qué a gusto estoy contigo, Señor, sabiendo que me quieres y que te quiero, gozando de paz y teniendo y gozando de tu amor y de tu dulzura aquí y en la Eternidad, por siempre y para siempre.
Con el Señor y con la Virgen soy de lo más feliz.
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